La" Charca de la Patoja" o "del Cura", como popularmente se le conoce en el pueblo de Alcuéscar, se trata de un embalse construido en la rivera del arroyo del "Pimpollo". Se desconoce exactamente la época de la construcción de la presa, pero algunas fuentes afirman que posiblemente sea de procedencia romana, con posteriores remodelaciones a lo largo de la historia.

De época medieval, son los molinos de agua que se construyeron a lo largo de la rivera del arroyo, para aprovechar el agua que se suministraba desde la presa. En la actualidad, se pueden todavía observar los restos de algunos de estos molinos, cuyo estados de conservanción es bastante deteriorado.

Este paraje fluvial, sirve a los vecinos de Alcuéscar, como una zona de recreo en verano, y para los amantes de la pesca, sirve como uno de los puntos en los que más disfrutan dentro de la localidad, gracias a que en ella se crian las codiciadas tencas, que tanto gustan en el municipio.