Llegado el mes de febrero, los grupos de jóvenes, y no tan jóvenes del pueblo de Alcuéscar, dan rienda suelta a su imaginación, con el objetivo de conseguir las ideas más originales para disfrazarse. Cada año, se pueden ver disfraces, tanto a nivel grupal como individual, más originales, consiguiendo sorprender al resto de convecinos, resultado de un gran trabajo de elaboración, que por regla general se hacen las propias personas.

A su vez, algunos de estos grupos deciden crear alguna letrilla de chirigota, para recitarla durante el concurso que se celebra en el Salón de Actos de la Casa de Cultura, premiándose los disfraces más originales y mejor elaborados, en diferentes categorías, y a aquellas letras que sean capaces de arrancar las risas entre los espectadores.